¿Cuando empezar con el inglés?
Pues lo ideal sería oir inglés desde la cuna y tener un padre o madre que nos lo enseñasen. Mucha gente pregunta por qué no le hablo en inglés a mi hija. Y mi respuesta es que tendríamos que comunicarnos siempre en inglés, eso debería ser lo habitual para llegar a convertirlo en su LENGUA MATERNA. El inglés sería entonces un arma de aislamiento en lugar de comunicación. Las dos como una isla entre la familia y amigos que hablan en castellano y otros amigos, el colegio y su padre que hablan en euskera. Imaginaos la escena en el parque, conmigo a voz en grito: "Inga, will you please put on your jacket, it's getting cold!". Nacida en Portugalete y sin intención de volverme a vivir a Londres (al menos de momento, nunca se sabe... ) le ví más inconvenientes que ventajas a comunicarme con ella en Inglés.
Lo que sí creo necesario y lo hemos hecho, es apoyar sus estudios del colegio con una extraescolar de inglés que viene tomando desde que tenía 4 añitos con sus primos en casa primero, luego en la academia y ahora en su propio centro.
¿Por qué desde los cuatro años? Simplemente por una cuestion de maduración. A los tres los peques dificilmente controlan su propio cuerpo, aún duermen siesta y acaban de integrarse en el mundo del colegio. Bastante tienen ya los pobres!
Pero a los cuatro son ya personitas con un entorno y unas rutinas más establecidas y como este aprendizaje no va a ser posible elegirlo de inmersión 24 horas, es preferible iniciarlo de una forma lúdica y divertida con muchas canciones, juegos, movimiento y participación.
Los métodos modernos, eminentemente enfocados a la comunicación, incluyen todo tipo de actividades motivadoras que hacen que aprender a hacerlo en Inglés sea algo divertido y totalmente automático, les llega sin pensar.
Mi clase de pequeños aprende con bingos, dominos, monstruos de tres cabezas, siete ojos e innumerables piernas que ellos mismos dibujan encantados de poder asustar, con robots desordenados que lanzan juguetes y madres que se duermen en el sofa y gritan al hijo que salta sobre la cama: "Naughty boy"!
Esos recuerdos tempranos de experiencias positivas en un idioma que se pronuncia tan gracioso, abriendo tan grande la boca, dejan un poso mágico que hace que todo lo que venga después no caiga nunca en saco roto.
Así que en mi humilde opinión, el mejor momento es ese en que disfrutar y aprender van tan intimamente ligados que son lo mismo!
Lograr que nuestros alumnos mantengan ese disfrute a lo largo del proceso de aprendizaje es nuestro objetivo en London City School.
